viernes, 25 de marzo de 2011

Purga



Es exactamente lo que he necesitado. No es dolor, ni mucho menos celos (quizá unos pocos, de esos metales pesados residuales luego de una linda experiencia).

Decepción es la palabra que busco. Es exactamente esa. Yo me fui y no dije adiós...lo despedí con una patada bien puesta en el culo como debió haber sido siempre. Debí haberlo hecho antes...cuando la maravilla pasó al hastío y el cariño a la mera satisfacción de poseer. Satisfacción falsa, por lo demás. Este no cuenta.

Bang Bang, you hit the ground. I heard the awfull sound. No intentes engañarme...lo oí. Y lo que duele es que no te disparé al corazón como quería. Lo hice a tu mísero orgullo de macho. Mísero orgullo que se compra sin necesidad de hacerlo.

No soy una geisha que cumplirá tus deseos. Soy fría, poco cariñosa, las autoridades me repugnan, el afecto, debo confesarlo, me asusta quizá un poco. Pero me asusta menos que el estar sola, que el sabor a libertad en los labios, salado como el Atlántico, delicioso al paladar.

Y mírame...sola. Sola...pero digna. Nunca, nadie, logrará quitarme mi dignidad. Como dijo Ibsen, el hombre más poderoso es aquel que está solo. Y sí, querido, se aplica a las mujeres, esas que tu desdeñas y usas.
Desearía ser yo la que te diera la lección fatal. Pero no lo hice...te habría hecho un bien. Fallé en mi cometido, el cometido que sabía que debía cumplir contigo.

Y aún así, no me fallé a mí misma.

Im your baby. I shot you down.

No hay comentarios:

Publicar un comentario